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Posted: Thu May 14, 2009 12:28 am
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Luego de recolectar el musgo, el anciano les indicó a cada uno que lo esparcieran en el suelo de modo que formaran con este una especie de alfombras, una para cada miembro del grupo de expedicionarios. Hecho esto, Sir Godofredo se acercó uno a uno a los montones de musgo, y sobre estos realizó un conjuro con palabras incomprensibles, pero con sus manos hacía un movimiento que parecía imitar el surcido de una costura. Cuando hubo terminado, los que antes habían sido montoncitos de musgo separados eran ahora mantas firmemente entretejidas que, de no ser porque todos sabían que estaban allí, habrían confundido con simples parchones mas o menos indistinguibles de vegetación.
"¡Listo! Ahora podremos utilizar estas mantas para cubrirnos, pues su color y particular constitución nos protegerá de las miradas penetrantes de los trasgos. Y tú, Philius, mucho ojo con devorar la vuestra: esa piel blanca que tienes llamaría mucho la atención de los habitantes de la ciénaga, y sin duda alguna más de uno pensará en convertiros en su próximo bocadillo."
El anciano rió, pero el pobre silverino hizo cara de espanto. Después de todo, sus poderes eran básicamente intelectuales, y ¡no tenía verdadera defenza contra predadores!
Cuando estuvo todo listo, los viajeros montaron nuevamente a sus caballos. El anciano les había dicho que sería necesario dejar sus animales fuera de la ciénaga pues con ellos no habría forma de camuflar su presencia. A esto, el silverino, que conocía muy bien a las criaturas del bosque, les dijo:
"Pues en ese caso podemos buscar a una driada. Seguramente ella no tendrá ningún inconveniente en cuidar de estos animales por algunos días."
"¡Maravillosa idea!" Respondió Sir Godofredo, y puesto que nadie tuvo objeciones, el asunto quedó decidido.
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Posted: Thu May 14, 2009 1:38 pm
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Posted: Thu May 14, 2009 1:46 pm
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"¡Humanos!" se oyó que exclamaban de otro rincón del paraje donde se encontraban. A la voz respondieron muchas risitas ahogadas. Como por arte de magia, el paraje entero se llenaba de algarabía y de ligeros cuerpos que flotaban felices alrededor de los cinco aventureros.
Algunas de las criaturas flotaron hacia Sir Godofredo y empezaron a enredar con él (al parecer, la barba blanca de Sir Godofredo era algo muy popular). Otras rodearon a Aleín y, con un ágil ademán, una de ellas hizo salir de su pecho a Igle. Otras hicieron flotar a Philius desde los brazos de Lenn hasta donde estaban ellas, instaladas cómodamente en ramas altas de algún próximo árbol.
Lenn observaba aquello sin dar crédito a sus ojos. Hasta que se dió cuenta de algo: ella había quedado fuera de la fiestecilla que se había armado.
La joven que habían visto primero pareció adivinar lo que Lenn había advertido, y explicó amablemente: "Para las dríadas es muy extraño ver a una criatura humana masculina tan de cerca. En general no nos dejamos ver de humanos, pero vosotros brilláis con el encanto del Bosque, como si fuerais parte de él" hizo una pausa y agregó: "Dejad que me presente, soy Kilya, Guardiana del Páramo de Boj"
"¿El Páramo de Boj?" preguntó Lenn "Pero si estos no son árboles de boj" "Nuevamente os invito a mirar a vuestro alrededor" repuso suavemente Kilya.
Lenn miró cuidadosamente y cayó en cuenta que estaban rodeados de inmensos árboles de boj.
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Posted: Fri May 15, 2009 3:02 am
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Posted: Sat May 16, 2009 2:08 pm
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[Hola! Me quiero unir al rol, pero no se si pueda, ya que van ustedes bastante avanzados. Si puedo, ¿Podrian indicarme en que momento y como? No quiero alterar el hilo de la historia, pues hasta ahora me ha parecido bastante interesante, y, para que se les facilite indicarme, mi personaje seria un pillo de la edad media, un ladron que utiliza la magia de la ilusion para lograr sus objetivos, pero bastante humilde viviendo solo con lo que necesita. No he tenido mucho tiempo de leer toda la historia, solo mas destacable de las paginas, asi que un resumen corto tambien seria util en el caso de que me dejaran unirme. Gracias de antemano, y si no puedo unirme estara bien tambien wink ]
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Posted: Mon May 18, 2009 7:13 am
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Alein, haciendo gala de su caballerosidad, se despredió sutilmente de la atención de las dríadas que jugaban con él y con Igle. Se acercó a donde estaban Sir Godofredo y la Guardiana del Páramo de Boj, y se expresó de esta forma:
"Señora Guardiana de este bello Páramo, no temais de nuestra parte una amenaza para quienes aprecian la paz y la armonía. Nuestros esfuerzos van encaminados, precisamente, a detener esta ola de violencia que nos azota a las tres regiones. Hemos tomado el camino del Bosque para aproximarnos lo más a los extraños movimientos provenientes de Lahar y, como ya os dije, detenerlos"
Mientras Aleín hablaba, Kilya y las demás dríadas guardaron silencio. Aún cuando se mostraban juguetonas, todas estaban listas para acabar aquél que no hablara con la verdad. Igle gorjeó (en la medida que un águila lo pueda hacer) de felicidad al verse acariciada de manos tan suaves. A este punto las dríadas parecieron relajarse.
"Veo, joven caballero, que vos habláis con la verdad" dijo Kilya "No podría esperarse menor de quien puso a prueba su corazón con la Daga de la Verdad. Os estimamos a todos desde ya, y si podemos compartir con vosotros cosa alguna decidnos sin pena"
((Suuuuper!!! Tenemos a uno más whee ))
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Posted: Mon May 18, 2009 11:43 pm
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Sir Godofredo expuso entonces de manera suscinta su misión en la Ciénaga Negra y la dificultad que tendrían si ingresaban a la misma con sus caballos. "Es por ello, oh guardiana de este páramo, que humildemente osamos solicitaros vuestra ayuda para guardar de posibles peligros a estos nobles animales, que con tanta amabilidad nos han transportado hasta estas tierras."
Curiosamente para los demás viajeros, el anciano parecía referirse a los caballos como si fueran seres pensantes y autodeterminados. ¿Sería así, o tan sólo una estrategia diplomática para que la dríada no se enojase con ellos? Kilya, la guardiana, reparó entonces en sus monturas y en su rostro se dibujó una expresión de asombro.
"¿Dónde habéis conocido a estos corceles?" Dijo, pero sin aguardar respuesta dio unos pasos hacia el caballo plateado de Sir Godofredo y, acariciándo su crin le miró a los ojos y algo susurró a su oreja. El caballo pareció entenderle, pues al momento hizo unos relinchos y bufidos suaves, acompañados por una que otra coz contra el suelo. "¡Ah, ya veo! Muy bien, en tal caso, será un placer y un gran honor para nosotras el cuidar de tan dignos seres."
Luego se volvió hacia Lenn y los otros: "No tengáis cuidado que aquí estarán a salvo hasta vuestro retorno, más no tardéis demasiado en la Ciénaga: no sólo trasgos se escurren en medio de su fango. Mis hermanas os darán agua pura para beber, pues el agua de ese lugar os envenenaría el alma aunque solo fuese una gota."
((Dark-A-Light: puedes ingresar sin necesidad de saber mucho sobre los acontecimientos pasados. La situación es la siguiente: el bosque está en medio de dos reinos rivales, el maligno Lahar en el norte y el justo Vesper en el sur. Lahar está enviando una ofensiva de trasgos -similares a los orcos- por el bosque, y Lenn, Sir Godofredo, Alein y Philius estamos a punto de ingresar a la Ciénaga Negra -en el bosque- en busca de un campamento de trasgos para recabar información. Vuestro personaje puede encontrarse ahí con nosotros, y podemos conocernos sobre la marcha. Será muy interesante ver de qué lado actuaréis. PS: Bienvenido!))
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Posted: Tue May 19, 2009 8:01 am
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Posted: Fri May 22, 2009 10:22 am
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Posted: Fri May 22, 2009 2:55 pm
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Los ojos grises de Cillio se abrieron lentamente mientras despertaba, pues la oscuridad de la Ciénaga Negra era casi perpetua, permaneciendo sin importar si era de día o noche, y esto hacia que fuese difícil distinguir el amanecer del anochecer, sin embargo Cillio sabía bien que si no despertaba, no iba a sobrevivir, pues solo había caído inconsciente por dos minutos, totalmente exhausto de recorrer la Ciénaga sin un mapa, perdido y sin un ápice de conocimiento acerca de la zona, por dos días seguidos sin éxito alguno.
Rápidamente se incorporo y sacudió su vieja capa de tela negra, procurando quitarle toda la suciedad que pudiese distinguir, y haciendo lo mismo con su pequeño chaleco y sus pantalones simples de lino negros, que no eran nada menos que robados, pero ya viejos y desgastados. Se froto los ojos, y luego miro a su alrededor con cuidado; Al parecer nadie lo había pillado desprevenido, tendría que ser más cuidadoso de ahora en adelante.
Continuo caminando sin mucha prisa, pues no quería llamar demasiado la atención, o se podría topar con las peligrosas criaturas que habitaban la Ciénaga. Así, mientras caminaba, distinguió humo saliendo de alguna parte de la espesa Ciénaga cerca de su posición, y a medida que se acercaba, pudo ver un campamento trasgo.
''Ah...Al parecer la suerte me ha sonreído hoy, o ¿Podrían estar los dioses de buen humor? De cualquier forma, podre tomar algo de comer y de beber de este lugar para poder resistir durante mi travesía, y seguramente estas horribles criaturas no se molestaran... Si no se enteran''.
Entonces, Cillio lentamente comenzó a desvanecerse, para finalmente desaparecer por completo, como una sombra más en la Ciénaga Negra.
(Ya todo está listo para que se topen con Cillio, o ''El oscuro'', conocido así por ser un famoso ladrón que utiliza magia de la ilusión y la alteración para ser capaz de robar lo que sea, tanto en las tierras de Lahar como en las de Vesper. wink Ah, y si les molesta la letra pequeña, me avisan y la cambio, es solo mi estilo de post ^^'').
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Posted: Sat May 23, 2009 12:54 am
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(Ah! Qué bien saber finalmente algo de vos, mi estimado caballero. Sí, seguiremos adelante, y cuando estéis listo podéis volver a incorporaros, de eso no tengáis cuidado.
Y bien, Dark-A-Light, me agrada vuestro personaje. Pronto nos estaremos encontrando.)
"Tendremos mucho cuidado de hacer como decís, gentil dama, y nuevamente os doy las gracias por vuestra amabilidad. Si todo anda bien, en algunos días estaremos de regreso. ¡Que la vida os sonría hasta entonces!"
Y con estas palabras, el anciano se volvió a sus acompañantes y les hizo gesto de que ya era hora de emprender la marcha. Debían caminar algunas horas antes de llegar a los linderos de la ciénaga, y una vez ahí tendrían que tener suerte si deseaban hallar su camino hasta el campamento de los trasgos. Afortunadamente, la suerte no era algo escaso en aquellos parajes, y menos para el grupo de aventureros que ya tantos riezgos había salvado airosamente.
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Posted: Mon May 25, 2009 8:52 pm
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Posted: Fri May 29, 2009 4:03 am
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Posted: Fri May 29, 2009 6:47 am
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Posted: Tue Jun 02, 2009 10:56 am
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El Paraje Ambigüo no supuso mayores contratiempos. Un par de sustos para el Silverino, que creyó ver en las sombras algo amenazador, pero hasta ahí.
Al cabo de un par de días de marcha, Aleín se detuvo bruscamente: "Estamos a punto de entrar a la ciénaga. Creo que sería bueno detenerse a observar, a distancia, y a planificar cómo nos adentraremos. Éste no es un lugar donde podamos ingresar de improviso. Además, está por caer la noche"
Lenn lo escuchó atentamente, y volvió su mirada a la zona que Aleín estaba señalando: sombrío y oscuro, el silencio se extendía hasta calar. Los árboles se inclinaban caprichosamente en distintos ángulos, como si quisieran huir en desbandada. A donde dirigiera la vista, la joven no alcanzaba a vislumbrar un ser vivo, pero podía sentir la presencia de muchas auras. Había vida en ese lugar, eso era un hecho, pero por algún motivo no se dejaban ver.
Al volverse hacia el suelo, se fijó que en su mayor parte estaba como inundado por una masa oscura que parecía revolverse lenta, muy lentamente. Se quedó sumida en una profunda concentración... Empezó a sentir con más claridad... auras diversas provenían de ese lugar...
De repente escuchó un grito. ¡Qué grito! Era una voz dolorosa, presa del pánico. Lenn salió de su ensimismamiento y retrocedió ante las extrañadas miradas de sus compañeros. Aleín se acercó a ella y tomó su cabeza con sus manos: "Lenn, este lugar no es natural. Por tu propio bien, ¡no lo escuches!"
"¿Qué es lo que hay ahí?" preguntó la joven aterrada. Philius intervino: "Las criaturas indefensas que han sido atrapadas por los trasgos y cuya lenta agonía alimenta este lugar. Bajo ese fango obscuro que veis, se retuercen las víctimas de la ciénaga. Debéis tener sumo cuidado de donde pisáis porque alguna criatura, en su afan de huir podría pescaros y hundiros. Una vez dentro, jamás podréis salir"
Lenn dirigió una vez más su vista a la ciénaga y con horror vio cómo un rostro semi desfigurado surgía de entre el fango y los miraba. El rostro abrió la boca como pidiendo socorro, pero lo único que pudo escupir fue un chorro de fango negruzco. Las lágrimas salían a chorros de los ojos del infeliz que volvió a hundirse.
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